La incontinencia urinaria, aunque es un problema común, no es normal. Y si bien no supone un peligro para la vida, la deteriora en forma considerable. Por eso, es importante saber que al experimentar alguno de los síntomas, como escapes de orina asociados a esfuerzos y/o sensación imperiosa de orinar sin poder controlarla, se debe consultar inmediatamente al médico o a un kinesiólogo experto en el área.
“La incontinencia urinaria es una enfermedad prevalente y subdiagnosticada, que posee una condición tratable. Pero, debido a la incomodidad y vergüenza que provoca hablar del problema, las pacientes demoran en consultar. Las principales repercusiones que tiene en la calidad de vida están asociadas al impacto social (aislamiento); limitación de actividades deportivas y recreativas; posibles disfunciones sexuales; limitaciones ocupacionales y domésticas y efectos depresivos severos”.
La causa más común de esta patología es el debilitamiento del piso pelviano, estructura muscular y ligamentosa que da soporte a la vejiga, uretra, útero, intestino y recto, y que evita el descenso de estos.
Su buen funcionamiento es indispensable para garantizar en forma adecuada la continencia urinaria, así como para evitar otras patologías como el prolapso genital (salida de órganos como vejiga, útero, recto, etc., a través de la vagina) y la incontinencia de gases y fecal.
“Muchas veces, la pérdida de orina en situaciones como el embarazo puede ser síntoma esperado, pero nunca debe durar más de tres meses postparto. Cuando el problema persiste es necesario consultar a un especialista. La ayuda kinesiológica preventiva en el embarazo y terapéutica postparto es de gran ayuda”.
Es relevante considerar que la incontinencia urinaria se puede presentar a cualquier edad, pero quienes tienen más probabilidades de sufrir el problema son las mujeres en etapa de menopausia. Esto, debido al déficit hormonal y al largo tiempo que los ligamentos y músculos que sostienen el piso pélvico han estado expuestos al peso, esfuerzo físico y partos, entre otros.
Factores de riesgo
– Ser mujer
– Edad
– Embarazo
– Parto
– Menopausia
– Obesidad (más fracaso en tratamiento de personas obesas)
– Esfuerzo físico repetitivo
– Fumar
– Tos crónica
– Fórceps
– Bebés grandes
Síntomas de alerta para consultar al médico
– Sensación de peso vaginal.
– Molestia al momento de mantener relaciones sexuales.
– Sensación de masa en el área genital (prolapso genital).
– Escape de orina asociado a urgencia para llegar al baño.
– Escape de orina asociado a esfuerzos físicos como tos, reír, etc.
– Aumento de la frecuencia al orinar.
– Dolor pélvico crónico.
– Dolor vaginal crónico.
– Incontinencia fecal o de gases.
– Sensación de amplitud vaginal.
Carolina Petterman Brito
Kinesióloga de Piso Pélvico