La menstruación es un proceso normal de las mujeres cuando se inicia su vida reproductiva en la pubertad. Esta se inicia con el ciclo menstrual cuando se produce la liberación del ovulo, desencadenando el inicio de la vida reproductiva de la mujer.
La menstruación es el proceso de descamación del endometrio que se produce cada mes por cambios hormonales lideradas por el ovario lo cual generalmente indica que no hay embarazo.
Lo bueno de la actualidad, es que ya han avanzado el los productos de higiene menstrual y estos productos se pueden dividir en dos tipos:
–Higiene menstrual externa: toallas higiénicas desechables, toallas higiénicas ecológicas, calzones menstruales.
–Higiene menstrual interna: copa menstrual, disco menstrual, tampones.
Este tipo de productos son las más utilizadas desde su invención durante la Primera Guerra Mundial.
Las enfermeras notaron que la celulosa era más efectiva absorbiendo sangre que las vendas de tela. Esto inspiró la primera toalla higiénica Kotex de celulosa, hecha con los sobrantes de vendajes de guerra de alta absorción, que salió al mercado por primera vez en 1918.
Con el avance en la tecnología y el uso de las toallas desechables en la actualidad, se ha demostrado que tienen efectos en la salud vulvovaginal.
Se ha encontrado que en el uso de las toallas desechables hay liberación de compuestos orgánicos volátiles (COV) y ftalatos. Parabenos que se utilizan como conservadores e ingredientes de las fragancias, como el dietil-ftalato y el glaxolide; estos son disruptores del sistema endocrino (EDC), carcinógenos o alergénicos y pueden causar irregularidades menstruales, infecciones e irritación, aumentando el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS). Esto debido a que la membrana mucosa de la vagina y vulva es permeable, por lo que absorbe rápidamente las sustancias químicas sin metabolizar-las (Lin et al., 2020; Park et al., 2019; Wendee, 2014).
El uso de estos productos también tiene efectos en el medio ambiente. Se debe considerar que, durante su vida fértil, una mujer utiliza entre 12.600 y 14.400 toallas/tampones, lo que representa grandes cantidades de basura que puede llegar a vertederos, cursos de agua e incluso los océanos. Además, estas demoran entre 600-800 años en degradarse. Asimismo, son una alternativa poco económica a largo plazo (SERNAC, 2021; Women’s Voices for the Earth, 2016).
El uso de este tipo de toallas no se recomienda usar por más de ocho horas seguidas, para evitar infecciones vulvo vaginales como dermatitis causada por la cándida.
Visualmente son muy similares a las toallas desechables, al igual que estas, se posicionan en la ropa interior para contener la menstruación. Están hechas de fibras naturales, como algodón, lino o material absorbente de pulpa de bambú o de fibras de plátano. Tienen mayor capacidad de absorción que las toallas desechables y se encuentran en distintas tallas.
Los efectos en la salud vulvovaginal, pueden poseer propiedades antibacterianas. Al ser reutilizables, pueden lavarse y secarse higiénicamente al sol, usando las propiedades de este como “esterilizador natural”. Tienen efectos beneficiosos debido a que no hay contacto con componentes tóxicos.
Las toallas de tela pueden evitar irritaciones, alergias, infecciones y la proliferación de hongos.
Los efectos en el medio ambiente son positivos, siendo una opción sanitaria sostenible y ecológica, se descomponen fácilmente luego de su vida útil. Durabilidad de cinco años.
Hoy en día, ha habido una evolución respecto a la higiene menstrual llegando a los calzones menstruales.
Tienen efectos beneficiosos debido a que no hay contacto con componentes tóxicos.
Como las toallas de tela, pueden evitar irritaciones, alergias, infecciones y la proliferación de hongos.
Visualmente son iguales a la ropa interior que suelen usar las mujeres, la diferencia radica en que estos están especialmente diseñados para absorber la sangre menstrual.
En su mayoría se componen de tres capas: algodón, microfibra o fibra de bambú y tela pulsada (PUL), algunas marcas incluso utilizan en su elaboración filamentos de cobre.
Se cuentan entre sus beneficios el que son fáciles de usar y lavar, son impermeables, evitan fugas y manchas, son hipoalergénicos y no invasivos.
La cantidad de calzones menstruales que se usan en cada menstruación generalmente varía de dos a tres.
Los efectos en la salud vulvovaginal son positivos, ya que son suaves, cómodos, transpirables, lo que es importante para prevenir humedad, irritación e infecciones y además de no provocar mal olor.
Los efectos sobre el medio ambiente son positivos, ya que estos son reutilizables y sustentables. Reducen hasta 15.000 unidades aproximadamente de productos desechables.
Su durabilidad es hasta 3 años.
Los tampones han sido utilizados desde la antigüedad. En el Antiguo Egipto, las mujeres usaban una especie de tampones elaborados con papiro; mientras que en la Antigua Grecia sus “tampones” estaban hechos con un cilindro de madera envuelto en lino.
El tampón moderno llegó en 1929 de la mano del médico osteópata Earle Haas. Lo inventó inspirado por las quejas de su mujer sobre el fastidio de tener que lavar los paños que usaba como compresas. Desarrolló la idea tras charlar con una amiga que le explicó que se introducía en la vagina una esponja.
Es un producto con forma cilíndrica que se posicionan dentro del canal vaginal que tienen distintos diseños, tamaños y absorbencia.
Están confeccionados por diversos materiales tales como: algodón y/o rayón, viscosa, poliéster o una combinación de estos, con un cordón para su retiro (SERNAC, 2020).
Sus efectos en la salud vulvovaginal se e asocian a lo que se conoce como el síndrome de shock tóxico menstrual (SST). Este es causado por una sustancia tóxica producida por ciertos tipos de bacterias. La sustancia tóxica producida por la bacteria puede causar daños a los órganos (incluyendo la insuficiencia renal, cardíaca y hepática), shock, histerectomía e incluso la muerte.
Es uno de los riesgos del mal uso de tampones. Según la evidencia actual, éstos no causan SST, pero sí son un cofactor en muchos casos.
Los principales problemas asociados al uso de tampón son en relación a su capacidad de absorción, el material y uso incorrecto (por ejemplo, usarlos por más de seis horas), el uso durante la noche (no está recomendado) y el no seguir las instrucciones de inserción. Factores que favorecen la producción de toxinas (Billon et al.,2020; Nonfoux et al., 2018; Vostral, 2017).
Su efecto sobre el medio ambiente el tiempo de degradación, ya que es parecido al de las toallas desechables, además algunos aplicadores son de plástico el 60% de su peso corresponde a pasta fluff, proveniente del cultivo de pino, que eliminan parte del bosque, por lo tanto, no son amigables con el medio ambiente.
La primera copa menstrual la inventó una actriz estadounidense, Leona Chalmers, quien la patentó en 1937. Desde entonces, se fabricaron con materiales como caucho y látex.
Es un dispositivo flexible de látex o silicona de grado médico o elastómero termoplástico que se inserta dentro de la vagina.
Chile, es el segundo insumo más usado de higiene menstrual (SERNAC, 2021), y en diversos países se ha descrito como más cómodo en comparación a toallas y tampones desechables (Arenas et al., 2020).
En cuanto a su seguridad, según la evidencia internacional actual, señala que la copa menstrual es una opción segura para menstruar.
El uso de la copa menstrual se desaconseja en mujeres que tienen condiciones como vaginismo, vulvodinia u otra afectación en los músculos que rodean la vagina.
Los efectos en la salud vulvovaginal no representan un riesgo para el aparato genitourinario o la flora vaginal.
El reporte de fuga menstrual durante su uso es similar o menor al uso de tampones o toallas desechables y la mayoría de las mujeres, luego de aprender a utilizarla, la escoge como una opción estable.
Con respecto al reporte de eventos adversos, se identifican un mínimo número de estos, tales como dolor, heridas o alergias cutáneas en la cavidad vaginal, molestias tracto urinarias o síndrome de shock tóxico o necesidad de asistencia de algún profesional para retirarla (Van Eijk, 2019).
Sus efectos en el medio ambiente son buenos, ya que, anualmente la copa menstrual, al ser reutilizable, es la alternativa más económica, ya que es una inversión que se realiza cada diez años (vida útil del producto). A lo largo de su vida, una mujer invertirá en solo cuatro de ellas, siempre y cuando se tengan las condiciones sanitarias que permitan su utilización y correcta higienización, disminuyendo así el costo económico y ambiental (SERNAC, 2021).
Su durabilidad es 10 años (Si se mantiene en óptimas condiciones), pero se aconseja cambiarla cada 3 años.
Misma función que la copa menstrual, pero con una diferencia: permite tener relaciones sexuales penetrativas durante la menstruación. Cuerpo flexible, hecho de silicona hipoalergénica de grado médico certificado por FDA.
Una forma ovalada, que hace menos complicada su inserción y cuenta con estructura hexagonal en su interior para contener el flujo, capacidad de 30 a 50 ml, dependiendo de la talla elegida, además cuenta con un doble borde lo que evita las fugas.
No se recomienda para mujeres que tengan alteraciones importantes en el piso pélvico o cuello uterino o que hayan tenido un aborto reciente o parto reciente si hubo intervención en el cuello uterino. El disco menstrual tiene una textura hexagonal y un borde doble a prueba de fugas, que no sólo permite mantener el flujo menstrual durante 12 horas, también de tener coito (con penetración) aún con el disco puesto. Su diseño, libre de químicos y fibras irritables, permite su reutilización durante el paso de los años sin provocar sequedad ni afectación en la flora vaginal.
Esto sucede porque el disco menstrual se coloca justo debajo del cérvix, en la zona más profunda del canal vaginal. De modo que que el disco permanece en su lugar detrás del hueso púbico, en el fórnix vaginal o en la parte más ancha del canal vaginal.
Para introducirlo se necesita apretarlo por la mitad, empujarlo hacia atrás y luego apoyar la parte superior del borde detrás del hueso púbico. Y para extraerlo basta insertar el dedo, enganchar el aro de extracción y, de manera lenta y manteniendo el disco en forma horizontal, sacarlo sin derramar su contenido.
Sus efectos en el medio ambiente son positivos, ya que, es un producto amigable con el medioambiente, ya que es reutilizable.
Su duración es de 5 años cuando se encuentra en buenas condiciones.
Recuerda que, en nuestra pagina, puedes encontrar algunos de estos productos aquí.
Además, puedes consultar a nuestras matronas, por consejería en esta área, anticoncepción y muchos otros temas agendando hora.
Evelyn Dennett Gómez
Matrona
Diplomada en Sexualidad
Diplomada en Violencia de Genero
Diplomada en Aromaterapia y Herbolaria Ginecológica Clínica